miércoles, 29 de mayo de 2013

"Rafael Poleo es detenido en Italia y narra los detalles de su detencion"

Sentir que te abren la puerta del dormitorio en la alta madrugada es particularmente desagradable cuando no se tiene el arma a mano, como es vieja costumbre.  Si quien entra es la policía, para reponerte necesitas realizar que no estás en Venezuela.  Registro rápido y vamos presos a la sede central de la Polizia di Stato.

El documento de viaje emitido según normas internacionales resulta más eficaz que le pasaporte, pues te pone bajo la protección de Naciones Unidas.  Pero ahí está la computadora titilando sobre el nombre del viajero.

Orden de captura emitida por Interpol cumpliendo órdenes de alguna jueza venezolana -quiere decir sin entidad propia, sumisa a un podrido Ejecutivo.  No puede soltarte; pero tampoco entregarte al país salvaje y distante, porque allí está el documento internacional que protege al perseguido político. Me lo explican con claridad, lo cual va borrando la sospecha de que son manejos del degenerado -alguna vez fue decente- que es Embajador en Roma.
Hay que esperar que la burocrática Interpol diga su opinión.  La Polizia di Stato actúa con corrección y firme gentileza.  Pasan las horas entre jóvenes policias sorprendentemente enterados de que en Venezuela manda una horda que siendo fascista pretende pasar por socialista, tema importante para un italiano.
Una muchacha policía me dice que han buscado mi nombre en sus iPads y concluido en que soy “Un bravo giornalista” a quien se le ha ido la vida luchando contra déspotas y dictadores.  Me pregunto quién habrá escrito eso, pero celebro esa cibernética que en segundos destruye las canalladas de los descabezados izarritas -William es un palo de hombre, si la robolución no lo ha degradado.
En fin, pasan las horas.  Al final de la mañana me muestras la respuesta de Interpol citando párrafos de Derechos Humanos por los cuales dejaron de solicitarme al comprobar que lo mío era persecución política.  El episodio ha sido una secuela de una persecución política.

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